¡TE INVITAMOS A UN NUEVO WEBINAR!: «Freshservice: Plataforma integral para el onboarding de empleados y gestión del catálogo de servicios» – ¡INSCRÍBETE YA!

Relaciones tóxicas en el trabajo: reconoce las señales de alarma

Compartir

En una sociedad que busca mejorar el bienestar físico y mental de sus integrantes, el tema de las relaciones tóxicas es algo cada día más reconocido y extendido. Aunque se suele asociar a las relaciones de pareja también suele darse en el ámbito familiar, entre amigos y, por supuesto, en el entorno laboral. Veamos en este post este último caso.

Tabla de contenidos

Qué es una relación tóxica

Se entiende por relación tóxica una relación entre la que una o ambas partes adopta comportamientos perjudiciales para el bienestar físico, mental y emocional de la otra persona. La toxicidad puede tener diferentes niveles de intensidad, pero se suelen dar patrones de control, manipulación y falta de respeto.

No hace falta llegar a casos patológicos de narcisismo, psicopatía o perversión para que se de una relación tóxica. Son muchos los comportamientos, conscientes o inconsciente, que de manera puntual o continuada en el tiempo pueden hacer mella en la salud de los individuos afectados. La ansiedad, la depresión, el burnout y el deseo de cambiar de trabajo son las consecuencias más frecuentes.

Lo más importante es identificar las señales de alarma y no restarlas importancia ya que en el ámbito laboral algunos comportamientos pueden normalizarse, sobre todo si provienen de figuras de autoridad.

Señales de alarma

Una de las principales señales de alarma de una relación tóxica es el control excesivo. En el ámbito laboral se puede dar un control del trabajo por parte de los superiores, pero cuando este sobrepasa ciertas cuotas, pueden considerarse tóxico.

Este control se puede extender a las relaciones personales con compañeros, socios, proveedores, clientes… El controlador querrá saberlo todo, opinar de todo y dirigir todas y cada una de las acciones de la otra persona. Abusará de su poder jerárquico y lo utilizará para justificar el control excesivo.

“¿A qué hora enviaste el correo?”, “¿Por qué no consultarte conmigo antes de tomar una decisión?” o “¿Por qué hablaste con el jefe sin decirme nada?” demuestran desconfianza y micro management, necesidad de controlar la información y las relaciones generando en la otra persona inseguridad y pérdida de independencia.

La desvalorización constante es otra bandera roja que nos indica que estamos ante una relación profesional poco saludable. En el ámbito laboral es habitual (y recomendable) realizar evaluaciones de desempeño, pero tanto los compañeros como los jefes deben aprender a dar un feed back constructivo para no caer en comentarios destructivos o, incluso, vejatorios.

Si es habitual que se quite importancia a los logros de algún profesional, éste se sienta menospreciado o discriminado es posible que nos encontremos ante una relación tóxica basada en la minusvalorización. En estos casos, las comparaciones con otros compañeros son frecuentes y lejos de motivar, acrecientan el malestar.

“No es para tanto, cualquier podría haber hecho lo mismo”, “No sé cómo lo conseguiste, pero seguro que alguien te ayudó” o “Aprende de María, ella sí que sabe hacer bien las cosas” minimizan los logros y el esfuerzo, e insinúa la falta de competencias, incluyendo, además, comparaciones despectivas. Esto refuerza la inseguridad, la frustración y la sensación de injusticia.

Aislamiento y falta de respecto

Las diferentes tácticas que se pueden utilizar para aislar socialmente a un miembro del equipo también pueden formar parte de una relación tóxica. El aislamiento se puede realizar físicamente a través de asignar espacios en la oficina, horarios donde no se coincida con el resto de compañeros o, incluso, proponer el teletrabajo cuando nadie más lo utiliza.

También se puede provocar aislamiento cuando no se permite que una persona se relacione libremente con los demás o se lanzan rumores en contra de alguien para que el resto del grupo se aparte.

“Te hemos cambiado a la otra oficina para que estés más tranquilo”, “Es mejor que no hables con ellos, no son de fiar” o “Dicen que no eres muy colaborativo, por eso no te meten en los proyectos” impiden las interacciones naturales con el equipo, fomenta la desconfianza y favorece el desprestigio del profesional llegando a la exclusión social. Y una persona aislada, sin vínculos con el resto del equipo, es mucho más fácilmente manipulable y controlable.

Hasta ahora podemos decir que hemos hablado de “tarjetas amarillas”, pero las faltas de respeto son una “tarjeta roja” con expulsión directa. Los insultos, desprecios, descalificaciones, a veces justificados como bromas o exageraciones son claramente señales de una relación tóxica.

El sarcasmo, la ironía y la crítica se pueden considerar hostiles y violentas y producir importantes secuelas. Y también la comunicación ambigua (gaslighting) es un tipo de manipulación psicológica en la que se trata de manipular la percepción de la realidad que tiene la otra persona.

“No sé por qué te ponen en este proyecto, si todos sabemos que no tienes ni idea”, “Uy, qué sensible eres, no aguantas ni una broma” o “Eso no fue así, te lo estás inventando” son formas de comunicación tóxica que faltan el respecto y socavan la confianza de los profesionales del equipo.

Qué hacer frente a una relación tóxica

El primer paso para tomar medidas para solucionar una relación tóxica es tener consciencia de ella a través de la identificación de las señales de alerta que hemos mencionado. Estas son solo algunas de ellas, pero puede haber muchas otras en el entorno laboral. Las señales menciones también pueden ser puntuales o frecuentes, darse solo una de ellas o todas a la vez. Lo más importante es cómo hacen sentir al empleado.

Ante cualquier comentario relacionado con el abuso de poder, el control, la desvalorización, el aislamiento o la falta de respecto es de suma importancia aprender a poner límites.

Siempre que algún comentario o acción nos resulte desagradable y lo entendamos como algo potencialmente tóxico podemos comunicarnos asertivamente para poner esos límites de manera educada, pero contundente. La fórmula más habitual es mencionar los hechos objetivamente, expresar cómo eso nos ha hecho sentir, comunicar qué necesidad tenemos al respecto y formular una petición.

Si jefe o compañero nos comenta “No sé por qué te ponen en este proyecto, si todos sabemos que no tienes ni idea”, podemos poner límites claros de esta manera: “Ayer realizaste un comentario sobre mi asignación al proyecto, me hizo sentir menospreciada, para trabajar con motivación necesito sentirme valorada, te pediría que en el futuro me ayudes a mejorar a través de críticas constructivas sobre mi desempeño profesional”.

Cuando se dan este tipo de relaciones tóxicas en el trabajo es importante aclarar cualquier petición, instrucción o encargo que nos parezca poco claro. Lo más recomendable es clarificarlo todo por escrito para evitar posibles manipulaciones.

Y todo lo que se puede considerar inapropiado es aconsejarlo documentarlo para tener material de apoyo llegado el caso que queremos hablarlo internamente dentro de la empresa o externamente si lo consideramos conveniente.

Qué puede hacer RRHH en relaciones tóxicas

El departamento de Recursos Humanos debe contribuir a construir una cultura corporativa fundada valores tales como responsabilidad, la confianza y el respecto. Asimismo, debe establecer unas normas de comportamiento claras que facilite la integración y la inclusividad de todos los profesionales y, así, contribuir a un buen clima laboral. Esto incluye diseñar políticas y procedimientos para identificar y dar solución a cualquier comportamiento tóxico que pueda derivar en acoso o intimidación.

Otro de los puntos que ayuda a limar posibles y evitar situaciones tóxicas es tener bien definidos los roles y funciones de cada miembro de la organización. La indefinición es siempre caldo de cultivo para posibles conflictos y luchas de poder.

Una formación en habilidades interpersonales, comunicación eficaz y resolución de conflicto también ayuda en estos casos. Y sobre todo, crear canales de comunicación formales e informales donde todas las personas que consideren que forman parte de una relación tóxica puedan expresarlo y pedir asesoramiento y ayuda si así lo desean.

Todo esto ayudará a manera las situaciones tensas y que las horas de trabajo y las relaciones con los jefes y compañeros no vayan en detrimento de la salud física, mental y emocional de los profesionales de la organización. 

Etiquetas:

Más artículos que te pueden interesar

Gestión de Personas

Tendencias de sostenibilidad en 2024

La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) emerge como un componente esencial para el éxito sostenible de las empresas en el año 2024. Es una estrategia diferenciadora clave para las empresas que buscan un impacto positivo tanto en sus resultados financieros como en el mundo que les rodea.

Leer más »

Pásate a una forma más fácil de gestionar personas

Escríbenos para analizar tu caso y dar el primer paso juntos.