El colorido mundo de Disney en Inside Out 1 y 2 nos invita a explorar la rica variedad de emociones que experimentamos diariamente. Estas emociones, si no se gestionan adecuadamente, pueden convertirse en conflictos o incluso patologías.
En el ámbito laboral, es el departamento de Gestión de Personas el que tiene la misión de velar por el bienestar emocional de los equipos. Su tarea es identificar el clima emocional y ofrecer soluciones adecuadas a cada situación. Crisis empresariales, picos de trabajo o agotamiento crónico puede desbordar emocionalmente a los empleados y transformar una plantilla tranquila y eficiente en un campo de cultivo de conflicto y malestar.
Apoyo emocional
El primer paso crucial es reconocer y validar las emociones, ya que cada una de ellas tiene una función adaptativa importante. La escucha activa, la empatía y la comprensión son herramientas poderosas para brindar apoyo emocional y crear relaciones de confianza con los equipos.
El segundo paso es proponer soluciones específicas para cada emoción, contribuyendo así a una mejor gestión y al bienestar emocional de cada persona. Con un enfoque en la empatía y la atención personalizada, se pueden transformar las emociones en una fuerza positiva que impulse el éxito y la armonía en el entorno laboral. Veamos a continuación qué acciones se pueden poner en marcha dependiendo de la emoción protagonista.
Alegría, tristeza y miedo
Alegría: La alegría es esencial para cultivar un ambiente laboral positivo y productivo. Los líderes de RRHH pueden fomentar un entorno donde la alegría no sea solo una emoción pasajera, sino una constante que impulse la motivación y la creatividad. Reconocer logros individuales y de equipo, celebrar hitos y crear espacios para el compañerismo son estrategias efectivas para fortalecer la alegría dentro de la empresa.
Tristeza: Aunque a menudo vista como una emoción negativa, la tristeza juega un papel crucial en el proceso de adaptación y aprendizaje emocional. El equipo de Gestión de Personas puede apoyar a los empleados que experimentan tristeza debido a cambios organizacionales, pérdidas o desafíos personales. Es importante implementar recursos de apoyo emocional, programas de bienestar mental y ofrecer tiempo para el autocuidado para ayudar a los empleados a gestionar la tristeza puntual, que no se cronifique y haya riesgo de terminar en depresión.
Miedo: El miedo puede manifestarse de diversas maneras en el trabajo: miedo al fracaso, a la incertidumbre o a la falta de reconocimiento. Es tarea de los profesionales de RRHH ayudar a los empleados a superar estos miedos y evitar que limiten su desarrollo profesional. El apoyo emocional a través de mentoría y coaching, junto con una cultura organizacional que promueva la resiliencia, son elementos clave para enfrentar el miedo en el entorno laboral. Una corporación corporativa transparente sobre el futuro de la organización también ayudará a reducir la incertidumbre.
Asco, ira y vergüenza
Asco o desprecio: Esta emoción puede surgir de conflictos o tensiones en el trabajo. Los líderes de equipo y los HR managers deben facilitar una comunicación abierta y una resolución constructiva de conflictos para prevenir que estas emociones escalen y afecten el ambiente laboral. Si se establecen políticas claras de gestión de conflictos, se fomenta la escucha activa y se practica la empatía se pueden transformar estas emociones en oportunidades de crecimiento del equipo.
Ira: Esta emoción puede aparecer en situaciones en los que profesionales se ven tratados injustamente o en situaciones de agotamiento crónico en donde la persona literalmente “estalla”. La comunicación es una excelente herramienta para gestionar de manera constructiva las situaciones que le hayan podido dar origen. Esto no solo previene que la ira afecte negativamente el ambiente laboral, sino que también transforma esta emoción en una oportunidad para fortalecer relaciones y promover el crecimiento personal y profesional.
Vergüenza: La vergüenza puede aparecer cuando el profesional debe exponerse públicamente, desarrolla el síndrome del impostor, comete errores o surgen malentendidos en el trabajo, lo que afecta a la confianza y la capacidad del empleado para contribuir eficazmente al equipo. En estos casos programas de desarrollo personalizado que incluyan sesiones de coaching o mentoría pueden ser muy útiles para que trabajador recupere la seguridad perdida. También es importante fomentar un ambiente donde la vulnerabilidad y el crecimiento personal sean valorados. Esto ayudará a los empleados a aprender y crecer a partir de sus errores.
Ansiedad, aburrimiento y envidia
Ansiedad: Es común que los empleados experimenten ansiedad ante desafíos nuevos o responsabilidades adicionales. Los HR managers pueden implementar oportunidades de crecimiento profesional estructuradas, como programas de capacitación y desarrollo continuo. Proporcionar a los empleados las habilidades y el conocimiento necesarios para enfrentar estos desafíos no solo reduce la ansiedad, sino que también fortalece la confianza y la resiliencia en el trabajo. La ansiedad también puede sobrevenir sobre la incertidumbre en la continuidad en el puesto de trabajo. Aquí lo mejor es una comunicación transparente y clara que resuelva en la medida de los posible las dudas que los empleados les puede generar ansiedad.
Aburrimiento: Las tareas repetitivas o monótonas pueden disminuir la motivación y la satisfacción laboral. Los responsables de Capital Humano pueden considerar ajustes en las asignaciones de tareas, como la rotación de roles o la asignación de proyectos más variados y desafiantes. Fomentar un ambiente donde se valore la creatividad y la innovación revitaliza el interés por el trabajo diario y promueve un mayor compromiso por parte de los empleados. Otra excelente manera de reducir el aburrimiento es automatizar todas esas tareas que no aportan valor y que se realizan de manera mecánica. De esta manara los equipos podrán dedicar tu tiempo a proyectos de mayor valor añadido donde aportar su creatividad y conocimiento.
Envidia: En entornos empresariales la envidia puede aparecer al percibir distinto trato, reconocimiento por logros, sueldos, ascensos… Aquí la transparencia e implementar programas de reconocimiento que celebren tanto los logros individuales como los colectivos puede ayudar a crear un espíritu de apoyo mutuo entre los empleados y reducir los sentimientos de envidia en el trabajo.
Amor: Aunque no siempre se menciona, el amor en el trabajo puede manifestarse como un vínculo emocional positivo entre colegas y hacia la organización. Los profesionales de RRHH pueden cultivar este sentimiento promoviendo un ambiente inclusivo, respetuoso y de apoyo. Iniciativas como eventos sociales, voluntariado corporativo y programas de mentoría fortalecen las relaciones interpersonales y contribuyen a un ambiente laboral donde los empleados se sientan valorados y conectados.
Las personas son el corazón de cualquier empresa y velar por su bienestar emocional es velar por el bienestar de toda la organización. Si se crean entornos laborales donde las emociones son entendidas y gestionadas de manera proactiva, la satisfacción y el compromiso de los empleados dará lugar a un entorno de trabajo más productivo, colaborativo y gratificante para todos.