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Día de los Derechos Humanos: Tecnología y RRHH como aliados del derecho al trabajo

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El 10 de diciembre celebramos el Día de los Derechos Humanos, una fecha que nos recuerda el enorme avance que significó la adopción de la Declaración Universal por la ONU en 1950. En un mundo que buscaba recomponerse tras dos devastadoras guerras mundiales, este documento representó el compromiso global con los derechos y las libertades fundamentales. Hoy queremos reflexionar sobre uno de sus artículos más relevantes en el ámbito laboral, el artículo 23, y cómo la tecnología puede ser una aliada clave para convertir sus principios en una realidad cotidiana.

Tabla de contenidos

António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, lo expresa con claridad: “La Declaración Universal muestra el camino hacia valores y enfoques comunes que pueden ayudar a resolver las tensiones y crear la seguridad y la estabilidad que nuestro mundo anhela.” En el mundo laboral, esa seguridad y estabilidad solo se alcanzan cuando se respetan derechos básicos como el acceso al trabajo digno, la igualdad salarial y unas condiciones laborales que reflejen la dignidad humana.

El artículo 23 de la Declaración Universal de Derechos Humanos recoge estos principios de manera contundente. Habla del derecho al trabajo, a elegir libremente nuestra profesión, a disfrutar de condiciones equitativas y satisfactorias, a recibir una protección adecuada contra el desempleo y a obtener un salario justo, sin discriminación, que garantice una vida digna para nosotros y nuestras familias. A pesar de los avances, estas metas están lejos de cumplirse plenamente, y los departamentos de Recursos Humanos tienen en sus manos una gran responsabilidad para acercarnos cada día más a ese ideal.

La responsabilidad de las organizaciones: Igualdad y dignidad en el trabajo

En los últimos años, la igualdad salarial se ha convertido en un tema prioritario en las agendas empresariales. En España, por ejemplo, la brecha salarial entre hombres y mujeres sigue siendo una realidad. En 2022, esta diferencia era del 15,7%. Aunque por debajo del 25% que establece la normativa nacional, está todavía muy lejos del 5% que será exigido a partir del 7 de junio de 2026 con la entrada en vigor de la Directiva Europea de Igualdad Salarial. Este cambio normativo no es solo una obligación legal; es una llamada de atención para que las organizaciones adopten medidas reales, prácticas y eficaces.

La Directiva no deja lugar a dudas: las empresas deberán garantizar la transparencia salarial y justificar cualquier diferencia que no cumpla con los estándares establecidos. De lo contrario, podrían enfrentarse a sanciones económicas, indemnizaciones e, incluso peor, al daño de su reputación. Como bien dice Laura Brihuega, Country Manager de PiHR, “es más fácil corregir las brechas salariales que la reputación”.

El desafío de garantizar la igualdad salarial

Algunas empresas en Europa ya están dando pasos significativos, como incluir rangos salariales en las ofertas de empleo, una práctica que no solo fomenta la transparencia, sino que también genera confianza en los trabajadores. En España, las compañías con más de 50 empleados ya están obligadas a elaborar planes de igualdad que incluyan auditorías retributivas. Sin embargo, realizar este análisis de forma manual es un proceso complejo, que consume tiempo y recursos y que, además, está sujeto a errores humanos.

La tecnología como puente hacia la igualdad laboral

Es aquí donde la tecnología entra en juego como un factor transformador. Soluciones como PiHR Pay Equality™ han cambiado las reglas del juego, permitiendo realizar auditorías salariales en cuestión de minutos, con un ahorro del 90% en tiempo y asegurando el cumplimiento normativo. Estas herramientas no solo facilitan la detección de desigualdades, sino que también aportan claridad y objetividad al proceso, ayudando a las organizaciones a tomar decisiones más justas y alineadas con los valores que el artículo 23 defiende.

Cuando se realiza una auditoría salarial manualmente, los riesgos son evidentes. Por un lado, la cantidad de datos a gestionar puede resultar abrumadora, aumentando la probabilidad de errores en el análisis. Por otro, mantenerse al día con las normativas, que son cada vez más complejas y dinámicas, supone un esfuerzo considerable para los equipos de Gestión de Personas. Además, la falta de herramientas estandarizadas puede generar inconsistencias en los resultados, dificultando la implementación de cambios significativos.

Beneficios

La tecnología aporta soluciones claras a estos desafíos. Automatizar el análisis retributivo no solo reduce la carga de trabajo, sino que también asegura que los datos sean precisos y que se presenten en un formato fácilmente interpretable. Esto permite a las empresas identificar las áreas donde es necesario actuar, prevenir sanciones y, lo más importante, fomentar un entorno laboral más equitativo.

La igualdad salarial no es solo una cuestión de cumplir con la ley. También tiene un impacto directo en la cultura organizativa. Cuando los empleados perciben que su esfuerzo es valorado de manera justa y que trabajan en una empresa comprometida con sus derechos, se sienten más motivados y comprometidos. Por otro lado, garantizar la transparencia salarial proyecta una imagen positiva hacia el exterior, lo que se traduce en una ventaja competitiva a la hora de atraer y retener talento.

En un mundo cada vez más digitalizado, las organizaciones que adoptan la tecnología para impulsar el cambio tienen una ventaja evidente. Herramientas como PiHR Pay Equality™ no solo simplifican procesos, sino que también ayudan a construir un futuro en el que los principios del artículo 23 de la Declaración Universal de Derechos Humanos sean una realidad en todos los lugares de trabajo.

Tecnología, nuestro mejor aliado

En este Día de los Derechos Humanos, es importante recordar que garantizar condiciones laborales dignas, salarios equitativos y un trato justo no es solo una obligación legal o un imperativo ético; es también una forma de construir organizaciones más fuertes, inclusivas y preparadas para el futuro. La tecnología es nuestro mejor aliado en este camino, un puente hacia un mundo laboral donde la igualdad no sea una meta lejana, sino una realidad cotidiana.

El compromiso con los derechos humanos no puede quedarse en palabras. Es un llamado a la acción, a implementar soluciones concretas y a trabajar juntos por un entorno donde cada persona se sienta valorada, respetada y reconocida. Si algo nos enseña el artículo 23 es que el trabajo digno es un derecho que debe ser garantizado para todos. Y hoy, más que nunca, tenemos las herramientas para lograrlo.

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