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El poder del reconocimiento: la clave para equipos motivados y felices

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Abraham Maslow, padre de la psicología humanista, formuló una teoría sobre las necesidades básicas del ser humano, entre las que se incluyen el reconocimiento y la autorrealización. Estas necesidades también están presentes en el ámbito empresarial; por ello, las organizaciones que apuestan por el salario emocional implementan programas de reconocimiento.

Tabla de contenidos

Reconocimiento, necesidad humana

La obra de Maslow A Theory of Human Motivation explica la pirámide jerárquica de las necesidades humanas. En el nivel más bajo encontramos las necesidades fisiológicas que nos mantienen vivos, tales como respirar, comer, dormir… Una vez satisfechas éstas, nos podemos preocupar por las necesidades de seguridad y protección que hacen referencia a la salud, los recursos o una vivienda. En tercer lugar, se encuentran las necesidades sociales, es decir, la aceptación social y contar con buenas relaciones con la familia, la pareja, los amigos, los colegas profesionales…

En la parte superior de la pirámide, Maslow sitúa la necesidad de reconocimiento, tanto propio como ajeno, y que nos habla de una necesidad de sentirse confiado, competente, apreciado y reconocido por los logros. Así, alcanzamos la punta de la pirámide de Maslow donde habita la autorrealización y a través de su satisfacción cada persona encuentra una justificación o un sentido válido de la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad.

En el ámbito laboral es donde probablemente más esfuerzos dedicamos a la consecución de objetivos y más metas profesionales logramos. Y más allá de un sueldo variable o consecución de un bonus, los seres humanos tenemos la necesidad de sentir que nuestro trabajo, al que hemos dedicado tantas horas, importa y no solo lo hacemos por un salario sino por algo más elevado, como es la autorrealización personal.

La química del reconocimiento

Imagina que, tras años de preparación, consigues entrar en tu empresa soñada y lideras un proyecto exitoso que beneficia a la compañía y te da gran satisfacción personal.

¿Es suficiente? ¿Cómo te sentirías si recibieras un refuerzo positivo, palabras de elogio o un reconocimiento público? ¿Sería igual si reconocieran tu mérito tus compañeros, tu jefe o el CEO de la compañía?

“María, quería hablar contigo para darte la enhorabuena. Estás haciendo un trabajo increíble y todos valoramos muy positivamente tus logros. Es un privilegio contar contigo en mi equipo”.

¿Cómo te sientes? ¿Feliz? Sí. Cuando nos sentimos apreciados y reconocidos nuestro cerebro libera dopamina y serotonina que nos hace sentir bien y nos motiva a continuar ese comportamiento en el tiempo.

Esta bioquímica unida a nuestra necesidad de aceptación y aprecio hace que los programas de reconocimiento sean una estrategia excelente para promover el bienestar integral de nuestros profesionales, mantenerlos motivados y felices en su trabajo.

“Es importante que el líder entienda que no vale solo decirles a las personas lo que tienen que hacer. Es súper importante decir aquello que hacen bien”, Regina Estévez de Wave-8.

Antes de continuar, debemos diferenciar entre reconocimiento y recompensa, ya que dentro del ámbito de los Recursos Humanos se dan estos dos tipos de programas, muchas veces, unificados.

El reconocimiento es una experiencia intangible, normalmente bien pensado y planificado por la organización, pero que representa una sorpresa para el empleado. El reconocimiento tiene un valor relacional y emocional, ya que fomenta la conexión entre los empleados y la organización, haciendo que el profesional se sienta visto y valorado. Por su parte, las recompensas son tangibles y tienen un valor económico y esperable.

Ventajas del reconocimiento

El reconocimiento satisface la necesidad de estima y pertenencia, lo que aumenta el compromiso de los empleados con la organización. Según Forbes, los empleados están un 40% más comprometidos cuando existe un reconocimiento de los trabajadores. Además, se crean conexiones más auténticas entre los profesionales, sus compañeros y los jefes de equipo.

Esto deriva directamente en el empoderamiento del empleado, que se enorgullece de su aportación al éxito de la empresa, le motiva a tomar más responsabilidad en su trabajo, aumenta su satisfacción laboral y aumenta su fidelización, disminuyendo la tasa de rotación de los empleados, uno de los principales retos de los responsables de Recursos Humanos en el momento actual.

También mejora el rendimiento y la productividad, ya que un 92% de los empleados sigue realizando un trabajo excelente cuando se les reconoce por ello, según Forbes. Y la innovación y la creatividad también se ven reforzada, multiplicándose por 2,2 las nuevas propuestas, según un estudio de Great Place to Work.

Estos profesionales satisfechos son los mejores embajadores para construir una marca empleadora que atraiga y fidelice talento. Cuando los empleados han satisfecho todas sus necesidades (recordemos la pirámide de Maslow), se convierten en defensores entusiastas de la empresa, sus líderes y sus productos, contribuyendo a su notoriedad y reputación.

“El reconocimiento laboral público es una herramienta poderosa para potenciar el compromiso y la motivación dentro de las organizaciones. Más allá de los incentivos económicos, los empleados valoran sentirse apreciados y valorados por sus contribuciones. Un reconocimiento bien gestionado no solo aumenta la satisfacción laboral, sino que también fortalece la cultura corporativa y retiene talento clave”, Paloma Redonnnet de Grupo Lacera.

Cómo reconocer a los empleados

Tanto si tu organización cuenta con un plan, programa o plataforma para realizar el reconocimiento, siempre es recomendable que se asiente en estos cinco pilares básicos: satisfactorio, auténtico, equitativo, alineado con la cultura y personalizado.

El reconocimiento puede consistir en avalar un comportamiento positivo que, muchas veces, puede estar alineado con los valores de la organización. Sin caer en excesos que puedan parecer insinceros, el reconocimiento debe ser regular, consistente e inclusivo. Todos los miembros de la compañía, sin importar su origen, sexo, edad, rol o condición deben sentirse vistos y valorados. No se trata de forzar el reconocimiento y que se convierta en algo “obligatorio”, lo que haría perder su valor, pero sí procurar que todos reciban un reconocimiento especial solo por el hecho de ser ellos mismos, como puede ser algo tan simple como felicitar a cada empleado por su cumpleaños.

También es fundamental personalizar el reconocimiento ya que no todo el mundo recibe lo elogios de la misma manera ni se siente motivado por el mismo enfoque.

Hay decenas de ejemplos de cómo llevar a esto a la práctica, ya sea entre pares, desde los líderes de la empresa o desde el área de Gestión de Personas. Aquí te damos algunos ejemplos.

El agradecimiento, ya sea planificado o espontáneo, es una de las mayores fuentes de satisfacción. Especialmente, cuando sentimos que nuestro trabajo es una obligación, que nos lo agradezcan nos hace sentir muy bien. Ya puede ser a través de una plataforma, un correo electrónico o una simple tarjeta, recibir un “Gracias por tu aportación en esta reunión” nos hará esbozar una sonrisa en la cara.

El reconocimiento no solo se trata de celebrar un logro sino también de hacer que todos los empleados se sientan vistos y disfruten de su minuto de gloria. Para esto resulta muy interesante dar visibilidad a todos los miembros del equipo. Puede ser mediante una publicación en Instagram en la que se compartan información personal, una entrevista en la revista corporativa o un vídeo en la Intranet para conocer mejor a un compañero.

Otra manera para que nuestros colaboradores se sientan valorados es celebrar y agradecer sus aniversarios en la organización y las metas alcanzadas en su trayectoria profesional. Preparar una publicación en LinkedIn, sorprenderles con un pequeño detalle o prepararles una fiesta sorpresa les hará sentirse valorados por sus compañeros y por la organización.

¿Llevas a cabo iniciativas de reconocimiento en tu organización? Si no es así, quizás estás perdiendo una buena ocasión de estrechar vínculos, retener talento y de que tus profesionales sean un poco más felices en su día a día. 

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